sábado, 14 de junio de 2014

RESEÑA DEL ACTO

Queridos amigos,
Deseo compartir con ustedes estos testimonios referidos al acto de presentación de No sabré el final del tiempo, publicado por Ediciones Botella al mar, que tuvo lugar el jueves 5 de junio en el Museo de Arte Español “ Enrique Larreta”.

Un abrazo  de todo corazón.

Cristina

PUBLICO- ROSTROS DE GENTE AMIGA




PÚBLICO

PÚBLICO 

CARLOS FLORES PLANTAROSA

GRACIELA LICCIARDI

CON GRACIELA BUCCI

POLY BALESTRINI 

WENCESLAO MALDONADO
CARLOS BARBARITO- CRISTINA PIZARRO

MIROSLAV-MESA- PUBLICO

MIROSLAV SCHEUBA
Carlos Barbarito- Wenceslao Maldonado- Cristina Pizarro

MIROSLAV SCHEUBA- Carlos Barbarito- 
Wenceslao Maldonado- Cristina Pizarro


CON MIGUEL MARLAIRE
 CON STELLA, AMIGA INTIMA

LIBRERIAS

En estas librerías podrán adquirir
No sabré el final del tiempo de Cristina Pizarro.
Ediciones Botella al mar.

Galerna- Uruguay 1049- CABA

Galerna- Av. Cabildo 1850. Belgrano- CABA

Galerna-Hipólito Yrigoyen 1719- Mar del Plata

Galerna- Shopping La Anónima - Neuquén

La Libre- Bolívar 646. San Telmo. CABA

Hernández- Av. Corrientes 1436. Centro. CABA

Del Anticuario- Junín 1270. Barrio Norte- CABA

Crack –up. Costa Rica 4767. Palermo Soho. CABA

García Cambeiro- Pasaje Gallegos 3570. Boedo. CABA

Menéndez-Paraguay 431. Centro. CABA

Boutique del Libro- Arenales 2048. Martínez. Buenos Aires

viernes, 13 de junio de 2014

POEMAS DE MI NUEVO LIBRO



                 “NO SABRÉ EL FINAL DEL TIEMPO”

PRIMERA PARTE

                                     OBERTURA

“El cielo y la tierra no son benevolentes; para ellos, los hombres somos como perros de paja”. Tao Te King de Lao Tsé apartado V.



“Conocer a los demás es inteligencia, conocerse a sí mismo es clarividencia. Vencer a los demás es fortaleza, vencerse a sí mismo es la victoria.” Tao Te King de Lao Tsé apartado xxxiii


El vago azar o las precisas leyes
que rigen este sueño, el Universo...”Borges, In memoriam (Alfonso Reyes).

****
GALATEA

I
En la campiña de los dioses,
entre pájaros y flores,
se vislumbraba la soledad turbia.
Un hombre  había enterrado su deseo.

Soledad blanca
                        Vacío que huye
´La nada sola estará conmigo
La nada me acompañará´.

Con aquel  arte milagroso,
el rey de Chipre cinceló una bella estatua de marfil.

Perlas y  gemas engalanaron sus vestidos
en el día de la fiesta.
Las lágrimas de ámbar  cubrieron los álamos
que bordeaban las orillas.

II
Pigmalion me contemplaba.
Su pasión fue creciendo.
Quiso sentir mis labios,
acariciar mi cuerpo blanco.

Afrodita me transformó.
Ahora estoy viva.

****
DE TEMPORUM FINE COMOEDIA

No sabré cuándo fue el inicio de los seres.

Acaso quedará en el misterio
la primera muerte
el hallazgo de los huesos    sepultados en las cavernas milenarias.

No sabré el final del tiempo.

Las sibilas predijeron  sus terroríficas visiones, 
la  purificación por el fuego.
Los anacoretas nos dieron un rayo de esperanza.
Orfeo nos cantó  en sus himnos las reminiscencias de ese mundo arcaico:
los sueños de los dioses.

Nada sabré sobre  la inutilidad  o  la utilidad del ser humano
en su búsqueda del amor.

Yo sólo sé que estaré en el sendero que lleva    a la eternidad.

Y allí   mi espíritu se transformará.
Sin culpa.
                 Sin pecado.


****
MI SOMBRA

Te encuentro, sombra,  en los umbrales del Infierno,
allí, en la noche oscura de mi alma
donde la ira y el miedo sacudieron la lava y esparcieron las cenizas.

Cuando la mente se turba en ese ostracismo hipnótico
las escenas violentas se suceden con prisa,
condensadas en la figura de grifos y centauros.

Te encuentro, sombra, en el alter ego de mis pasiones
en la hondura de deseos y rechazos
en ese pozo de agua que refleja mi ser.

Te encuentro, sombra, donde no quiero estar
en la llama de la incertidumbre
en el arrojo de la herida sangrante
en la tempestad que deja  las huellas de la muerte.

Te encuentro, sombra ,  en el instante fatal del desenfreno
en el desequilibrio de la noche y el día
en los signos del horror
en la ausencia del otro
en el goce de la melancolía
en el vaivén de los celos
cuando el yo azotado se desvanece en el misterio.

Te encuentro, sombra,
en la soledad.
Cuando no puedo escuchar el silencio.

Te abrazo, sombra,
después de haberte arremolinado en mi cuerpo
de señalarme las marcas
de mis pasos

en la c o m u n i ó n.


ALGUNOS POEMAS DEL LIBRO

VIRGEN DEL ROSARIO DE POLCO

En octubre, Polco es una fiesta.
Hombres, mujeres y niños peregrinan a Polco, muy cerquita de Chamical.
La tusca y la flor de durazno colorean el paisaje.

Durante nueves días
el rezo del rosario es un canto colectivo de unión, alabanza y gozo.
Nuestra Virgen del Rosario engalanada con su pollera larga, chaqueta y manto celeste y rosa,
el rostro sereno,
la mirada piadosa.

Virgencita mía, Madre protectora
Danos siempre el agua de la vida

Virgen del Rosario
Te doy gracias por el agua que corre por mi tierra

Virgencita de Polco
Gracias por el agua que calma mi sed.


****
EL AGUA DE POLCO

Un paraje solitario reverdecido por las jarillas
Allí, entre médanos y salinas
se erigieron las encomiendas de los indios,
con creencias milenarias adoraban a las divinidades celestes y de la tierra.

Hace cuatro siglos,
un arriero andando desde Santiago del Estero
seguía su marcha por los llanos desiertos.
Sin agua.
Sediento imploró a la Virgen
y un manantial brotó entre las piedras.

Ahora, yo me interno en una capilla blanca.


*****
ANUNCIACIÓN

Desde la terraza solitaria contemplaba el cielo.

Hurgando entre las constelaciones
encontré las Tres Marías y la Cruz del Sur.

En ese instante sereno
aquel pájaro  me lanzó su grito de amor.


*****
GRIETAS
                         A Nuri Escorza

Un oscuro ruido tembló en la madrugada
cristales y papeles gritaron el pavor arrebatado

apenas la cobija de una manta gris agujereada
cubría su cuerpito en cenizas.



PALABRAS PARA LA PRESENTACIÓN



PALABRAS PARA LA PRESENTACIÓN DE NO SABRE EL FINAL DEL TIEMPO.
MUSEO DE ARTE ESPAÑOL “ENRIQUE LARRETA”
Jueves 5 de junio de 2014.

     Llegó el día de presentarles No sabré el final del tiempo.
     En esta noche jubilosa, en ocasión de este encuentro que nos congrega. Ustedes son las perlas y gemas atesoradas a lo largo de mi vida, cada uno podría representar los hexagramas como en el Libro de las Mutaciones. Esta armoniosa reunión se podría asimilar a un ritual de consagración de votos por la Poesía, la bella amada y amante, que nos sacude el alma y nos brinda la salvación al dolor y sufrimiento de la humanidad.
     Me gustaría compartir con ustedes algunas reflexiones sobre tres cuestiones primordiales que me han preocupado en mi existencia: la Palabra, la Belleza, el Amor, (asuntos que fueran abordados filosóficamente a través de la historia).
     No es mi intención ofrecer una lección sobre dichos temas, sino únicamente expresar aspectos de mi postura en relación a mi tarea literaria.
     La Palabra- herramienta esencial de nuestro oficio se revela fulgurante cuando estalla en acción. Sin embargo, en ese " mientras", la palabra puede tornarse confusa, puede confundirse y provocar disturbios.
     Surge la mente. Muchas veces, en torbellino.
     La mente es el resultado del tiempo, el tiempo es la palabra, la palabra es pensamiento.
     ¿Qué sucede en la mente? Acaso se enturbia cuando se genera el pensamiento, cuando el pensamiento engendra el miedo, el miedo a la muerte, que encierra y captura en si misma todos los miedos de la condición humana.
     El tiempo que es pensamiento tiene todas las intrincación es y sutilezas del miedo.
     En esa búsqueda intensa, es imprescindible encontrar la palabra justa, precisa, exacta que dé cuenta de la veracidad, que refleje la alianza perfecta entre cuerpo y alma, la coherencia entre nuestro pensar y actuar, que nos libere de ese miedo aterrador.
     Observamos lo que es, los hechos de nuestro alrededor, a veces damos    testimonios, evocamos sueños y deseos.
     ¿Por qué la Belleza? Un concepto difícil de definir, de delimitar. No alcanzaría para encuadrarla, considerar la Belleza existente en las obras de arte, hechos por el hombre: un cuadro, una pintura, una escultura, un templo, un poema, una cantata, una sinfonía, entre otros. Podría intentarse, si se aproxima la Belleza más allá del sentimiento, esa Belleza que se parece a una llama ardiente, que destruye todo lo que es falso.
     La Naturaleza del universo supera en si misma nuestras creaciones.
     Lo auténtico, lo genuino, lo natural, lo espontáneo que nace del corazón, con el cuidado y el esmero de un ser que ha cultivado su espíritu y su inteligencia.
     Pensamos mucho sobre el Amor, nos debatimos entre el deber y el deseo, sin saber muy bien qué significa el amor. ¿Es acaso amor lo que está ligado únicamente a nuestros sentidos o a los recuerdos de dolor y placer? El amor es diferente de la emoción, que nos mueve a reaccionar positiva o negativamente ante una situación que nos agrada o no nos gusta.
     El amor es una llama sin humo, una llama fresca, creativa, jubilosa.
     ¿Es posible amar así, sin pensar  en tantos condicionamientos?
     Todas estas divagaciones me indujeron a trazar un camino, intentando rastrear alguna respuesta. Hallé en la poesía un camino como forma de autoconocimiento, como una disciplina interior y no como mero sentimentalismo.
     Como si me tomara el pulso a mí misma, buscar en el alma, indagarla, inspeccionarla, tentarla, conocerla.
     La violencia, en sus diferentes manifestaciones ambientales, sociales, económicas, políticas, oprime al ser humano, lo conduce a cometer acciones inadecuadas, que lo alejan del Noble Sendero.
     La palabra poética no solo se limita a la mera denuncia testimonial, sino que ahonda a niveles superiores de conciencia, a fin de iluminar, irradiar el sentido de trascendencia.
     Podríamos sostener, siguiendo a Carl Jung, que acaso ¿El propósito de la existencia humana es encender una luz de sentido en la oscuridad del ser?
MUCHAS GRACIAS!


CRISTINA PIZARRO.
Buenos Aires, 5 de junio de 2014.

CARLOS BARBARITO




Oficio o arteduda Dylan Thomas, y agrega: sombrío. A veces, sí, sombrío; a veces, claro, luminoso. Hablo del quehacer del poeta. En más de una ocasión, algún cuentista o novelista me confesó: no entiendo de poesía. Esta afirmación está registrada en cartas, que conservo. Creo que ningún poeta afirmó: no entiendo de cuento, de novela. Me pregunto por qué. La respuesta, que estimo compleja, excede el breve espacio propio de toda presentación de un libro. Eso sí: no puedo no dejar constancia aquí de mi perplejidad. Hay un hecho que parece obvio y sin embargo…: la poesía está hecha con palabras. Un prospecto, un manual, una guía de teléfonos o de viajero, también. Entonces, ¿qué la diferencia? Otra pregunta de compleja respuesta. Pero puedo hablar un poco –dentro de mis limitaciones- de lo poético. Se me ocurre una palabra: carga. Sí, carga, pero ¿de qué tipo? No la cosa transportada en hombros –aunque algunas veces nuestro arte u oficio nos abruma con su peso-, sí algo próximo a la electricidad, a la cantidad de electricidad. Así, en la poesía cada palabra posee una carga –Lezama Lima lo dice mejor que yo: punto de infinitas irradiaciones-. Circula una forma de poesía que descree de cargas y obvia la electricidad y, al menos para mí, resulta nervio y músculo inmóviles –pensemos por un momento en los experimentos de Galvani-. Si el poema es nervios y músculos, lo poético es aquello capaz de excitarlo, por medio de corrientes eléctricas. Voy un tanto lejos, pero voy: lo poético es aquello capaz de producirnos una descarga en la yema de los dedos al rozar el papel, de irradiar luz en interminable sucesión de chispas.

         Amigos, lo dicho hasta aquí es posibilidad. Imagino: en lo oscuro, el libro soñado ilumina y en la luz suma luz a la luz. Pero no, no y no; para nosotros, la intención –dice Eliot. Dice: tan finamente/restringida a “lo que precisamente”/y “si” y “quizá” y “pero”. Entonces, todo libro –en este caso de poemas- es intento y posibilidad. Todo libro como hito o estación hacia El Libro, sí, punto de infinitas irradiaciones; todo libro, éste, de Cristina Pizarro, hacia una perfección que no se alcanza. Otra vez: la poesía está hecha con palabras. Palabras. Cristina debe saber lo que ya notara Lezama Lima en algún ensayo: en la Biblia se dice la letra mata y se dice también por la letra nacemos. Contradicción, tal vez. No: la letra mata cuando lo que ella contiene se disipó; un poema mata cuando lo poético, ese espíritu, núcleo, carozo –o como se llame- se extinguió; por la letra nacemos cuando lo poético manifiesta carga, potencia, lleno. No sé si Cristina, al escribir, se descalza o abre la ventana que da al jardín –o la cierra-; no sé si medita largamente o al contrario, recurre al automatismo, no sé si escribe de día o de noche; no sé si lo hace cuando la toma una fuerza irresistible o reserva ciertas horas para la poesía. No lo sé. Abro su libro. De una cosa estoy seguro, Cristina sabe lo que mata y da vida cuando de la letra se trata y ante esa aparente contradicción ejerce su arte u oficio a veces sombrío y otras veces luminoso, para revelar a los otros su visión.
                                                              Carlos Barbarito
                                                             Mayo, 17 al 19, 2014

WENCESLAO MALDONADO




Presentación del libro de poemas de CRISTINA PIZARRO
NO SABRÉ EL FINAL DEL TIEMPO

1.- Comedia sobre el final de los tiempos
·        Misterio de no saber, ni el inicio ni el final de los tiempos, la utilidad o inutilidad del ser humano en su búsqueda del amor, a pesar del sueño de los dioses, pero con la esperanza de los anacoretas (p27). Miré atrás: “una historia ardiente y misteriosa” (p11).
·        La certeza de estar en el sendero de la eternidad, sendero para conocerse, y andando este “viaje del héroe” (p9), a la manera del “peregrino” (p63), del “andariego que sigue andando” (p65) el viaje de reconocimiento de sí misma, un fluir para crear y compartir amor. Y la “imagen salvadora” y guía es la de Dios Supremo Creador (p11).

2.- Peregrinación ritual hacia la eternidad
·     Una cosmovisión con claves religiosas, a partir de la “anunciación” (p20) que, en un escenario de estrellas y constelaciones, un pájaro lanza con “su grito de amor”; “mensajero celestial”, ante “la mirada de Dios” (p24). Se suman, entonces las referencias, en imploraciones a la Virgen (p21-22), el nacimiento del Salvador (p54), la Cruz (p23), el pan y el vino de la comunión (p24) y, claro está, la aparición del pecado y el peligroso antagonismo entre cielo e infierno (p28.30). Entre estas referencias, apunto también el valor del número 7 (p11), perfección de la semana de la creación, en los 7 libros de la autora y, muy especialmente en éste, “estructurado en siete partes”.
·     Las 7 partes del libro presentan, casi todas ellas, situaciones y actitudes ante el misterio de la vida, un tono si se quiere también religioso, o tal vez mejor sea decir, espiritual; por eso las palabras elegidas para darles título: contemplaciones, visiones, revelaciones, epifanía, términos con los que, poéticamente, la autora se va respondiendo a la gran pregunta “¿quién soy?” (p68).
·     En este andar peregrino de la vida, aparecen, como señales en el camino, indicaciones de diversas espiritualidades que vienen del rico acervo cultural de oriente y occidente, a veces “símbolos y alusiones mitológicas” que, aunque la autora afirme que “surgieron de manera inconexa” (p11), sabe amalgamar con acierto, expresando las transformaciones que vive, desde ese “primer grito de deseo” (p45) de la mano de Afrodita que le hace confesar “ahora estoy viva” (p39), y sentir, al mismo tiempo, como le muestra un hexagrama del I Chin, que “germina la vida” (p43).

3.- ¿Quién soy? ¿Ya no soy?
·        Señalamos la capacidad de la autora para amalgamar en armonía, sin disonancias, imágenes, símbolos y alusiones que aparecieron tal vez inconexas. Creo que esta armonización de la pluralidad de la naturaleza y de la historia de la humanidad es una primera característica que quisiera señalar como rasgo poético del libro.
·        Y en la misma línea el trabajo de presentar en contraste ese misterio de ser, por el que se cuestiona constantemente. “Veo y no veo” (p69), horror, miedo, espanto, ante el sufrimiento, la devastación de la guerra y la muerte, que contrastarán con la esperanza de la meta en el camino de peregrinación; el “ayer”, con su tristeza y soledad, y un “ahora”, cubierto “de flores en la tierra y de estrellas en el cielo” (p69). “No sabré el final del tiempo”… “Yo sólo sé que estaré en el sendero… que lleva a la eternidad” (p27), nos asegura en ese poema emblemático con el que pone su título al libro, el nombre de su nueva criatura. Y así, de la sombra a la luz, del miedo a la esperanza, de lo transitorio a la eternidad, de no saber a saber; en definitiva, del infierno (p28) al cielo (p30) “a la tierra prometida o al paraíso perdido” (p9).

4.- “Descubrí la verdad interior”
·        Desde un principio, en el poema Anunciación (p20), escuchamos con la poeta ese “grito de amor” que un pájaro le lanza. Cerrando ya su libro, ante la danza de una grulla que clamaba en la sombra, “en la inflexión de cada grito, / descubrí la verdad interior” (p78).
·        Era su propósito escrito en el Prefacio (p12): “descubrirme a mí misma para compartir mi amor al prójimo con los seres más cercanos”, y así vencer el mal. Pero dicho dentro del poema: “En la fuente borbotea / el amor. /La vida ardiendo” (p82). Final que la aproxima a la eternidad, y que hace decirles a sus compañeros de camino (p79): “Oh, Peregrinos hacia el reino, / Alcanzad / la Palabra verdadera.” Palabra, poética y humana al mismo tiempo, maravillosamente verdadera.
Wenceslao Maldonado, 5 de junio de 2014.

MIROSLAV SCHEUBA



de la presentación del libro de Cristina Pizarro,
NO SABRÉ EL FINAL DEL TIEMPO
Bienvenidos amigos y amigas. Bienvenidos porque estamos en el ámbito  propicio. Hay  escritores que construyen residencias para la posteridad. Hay escritores que en esos domicilios, construyen espléndidas mansiones literarias para la inmortalidad. Contemplo este piano nobile y pienso en ese príncipe del Renacimento  y que fuera dueño de esta mansión, el refinado escritor argentino  Enrique Larreta, digno representante del siglo XIX, siglo del renacer de las letras no sólo aquí en Argentina sino también en Italia y Francia. Si digo Italia, pienso en el Enrique Larreta italiano que fuera Gabriel D’Annunzio, quien escribía y vivía majestuosamente  frente al lago di Garda, en Il Vittoriale; si digo Francia, pienso en el Enrique Larreta francés, Paul Claudel, quien escribía y vivía a todo trapo en la mansión del presbiterio en Villeneuve-sur-Fère. La ecuación sería esta: gran mansión=gran escritor, una ecuación para el siglo XIX y que ya no está en vigencia. Digo todo esto porque nuestra poeta, Cristina Pizarro en un departamento, aquí en el barrio de Belgrano, ha construido una mansión literaria con ventanas a la inmortalidad de la belleza. Y no sólo con ventanas, sino con patios y jardines, con recámaras y aposentos que dan a balcones, balcones con almenas y balaustradas donde hay una reunión de símbolos y realidades, de grandiosidad y sencillez.
Para presentar tan altos poemas, Cristina nos ha convocado. Aquí hablarán su editora; el escritor y editor Wencelao Maldonado, quien profesa el sacerdocio de la poesía en español, latín y griego; después vendrá a hablarnos de la obra, Carlos Barbarito, buen escritor y mejor crítico de Artes Plásticas, y nos recitará poemas del libro la querida Poly Ballestrini, lorquiana de fuste y que a partir de hoy, será pizarriana de pura cepa.
Antes de pasar la palabra a Wences, agregaré algunas: Monsieurs Dames, bajo este liviano libro, perdura una mujer fuerte, una mujer que ha trabajado, como diría Olga Orozco, gran amiga, que ha trabajado “en las canteras del verbo, en la roncas fundiciones de la poesía”, trabajo que se refleja en este libro que tiene el refinamiento poético de Larreta, cuyas páginas están iluminadas con el fuego sagrado de D’Annunzio y la pasión por el Universo de Claudel.  Por lo tanto, en este bello libro hay más epifanías que laberintos, más alondras y ruiseñores que cuervos y vampiros (si bien hay algunos vampiros que la autora  puso “pour la gallerie”); en suma, hay más bellas cariátides y Afroditas que feas gárgolas y brujas, y aquí termino, hay más perlas y gemas preciosas que carbones y cenizas.
                                                                                          Miroslav Scheuba


FOTOS DE LA PRESENCIÓN



Con Carlos Barbarito-Vilma Osella- Elisabeth Luna Davila.

Con Aida Durand y mi marido.

  Con Hector Miguel Angeli- Nuri Escorza-Vilma Osella-
Graciela Licciardi-Miroslav- Carmen Pizarro- Carlos Barbarito-

AGRADECIMIENTO

Queridos amigos,

Anoche, jueves 5 de junio de 2014, en la presentación de No sabré el final del tiempo, hemos convivido un momento de intenso gozo, rodeados de obras de arte muy valiosas que atesora el Museo de Arte Español Enrique Larreta, casa construida por el arquitecto Martín Noel, que engalana nuestro querido barrio de Belgrano, lugar que elegí para vivir desde hace un cuarto de siglo y que me recuerda los árboles de mi terruño natal banfileño.
La música de la India, ejecutada en sitar por Ravi Shankar, El canto de la tierra de  Gustav Mahler, con reminiscencias  de la música china, cuyos primeros movimiento están inspirados en los poemas del poeta chino Li Po, la “Oda a la alegría”, de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven  emblema de nuestro grupo ALEGRÍA, fueron el trasfondo musical para unir todos los lenguajes artísticos, ensamblados por el equipo de sonido a cargo de Emilio Bonansea.
La presencia de amigos de distintas etapas y espacios por donde anduve en la infancia, la adolescencia, la juventud y la madurez, colegas de las instituciones por donde ejercí la docencia, los amigos escritores de Gente de Letras,  el grupo literario Marta de Paris, el ILCH, la AALIJ, Asociación Americana de Poesía, el grupo ALEGRIA, mis amigos de siempre, los nuevos amigos que he ido encontrando  a través de incursiones en distintos aprendizajes, viajes, congresos, cursos y encuentros. Mi familia, los amigos de mi marido del Hospital Muñiz, con quienes nos unen lazos de amistad desde hace más de cuarenta años.
Mi gratitud a Alejandrina  Devescovi, con quien compartí la gestación de este hermoso libro, como objeto,  con sumo cuidado, con la colaboración constante en la tarea de Bauhaus, a través de la diseñadora gráfica.
El apoyo constante de mis amigas y hermanas del alma, con su cariño, la sonrisa de mis amigas que son campanitas para mi espíritu, las que me mandan Ángeles, flores, bendiciones, besos, y confían siempre en mi amistad.
La apertura estuvo a cargo del poeta y cocinero, Miroslav Scheuba, ser de una inmensa integridad, don  de gentes, un talento genuino que entremezcla la fina ironía del humor inglés y la chispa sapiencial de las culturas milenarias.
Los disertantes de magna trayectoria en el campo de las letras por sus estudios de lenguas clásicas y modernas,  mediante el contacto permanente con la apreciación de las obras de arte, sus prolíficas  y encomiables producciones literarias en los distintos géneros de envergadura sin par, Wenceslao Maldonado y Carlos Barbarito, que entregaron impecables trabajos con certeza, entusiasmo y delicado esmero.
Las interpretaciones en la voz de Poly Balestrini, una actriz de extrema sensibilidad, que permitió al auditorio trasuntar la profundidad de los poemas, develando su propio corazón, la musicalización del poema “Tu figura blanca”, elegido por Carlos Flores Plantarosa, director artístico de Los Laikas, y que fue el broche de oro  de la espléndida reunión de un libro dedicado a la memoria de mi madre, Teresa Soldi (1914-2006) en el centenario de su nacimiento.
Gracias a todos los que estuvieron presentes, a la Asociación Amigos del Museo Larreta, la colaboración de Daniel Antognini, de su  directora, Lucila Cane, Anita Castelli y equipo de trabajo.
Destaco la presencia singular  del maestro Saúl Oscar Rojas, eximio artista plástico, dedicado a la ilustración de libros para niños y de Héctor Miguel Ángeli, poeta de cuya palabra me he nutrido en el universo lírico.
MUCHAS GRACIAS!

Cristina Pizarro.
Buenos Aires, 6 de junio de 2014.

FRENTE DE LA CASA - MUSEO LARRETA