CRISTINA PIZARRO
LA QUE CAMINA SOBRE EL FUEGO (2.009)
Yo soy en ese instante la que camina sobre el fuego, siente la humedad de
la hierba recién cortada y se envuelve con el aroma del bosque.
Yo soy quien abre los ojos a la encarnación del ser que fluye entre la
máscara y la caída.
Yo soy quien desea desprenderse de átomos extraños y se mueve en la danza
de los nombres.
Yo soy un poema vacilante que gira hacia una espiral ascendente.
Tú eres el silencio que precede a
la voz y que retorna en el éxtasis final.
Tú eres el sonido que surge en el
corazón, sale de tus labios y resuena en palabras-pájaros.
Yo soy un remolino que sueña con el Dios de la Noche.
Yo soy quien mira en el interior de una perla frágil, se sumerge en el pozo
de agua para fusionarse con la música.
Yo soy quien se mira en las aguas y se ve mirando el abrazo de las olas.
Yo soy quien se ha despojado de la espuma, quien se ha extraviado entre el
límite de las nubes en el cielo, quien se agita en el milagro de la conversión
del agua en vino.
Tú eres el verde que resplandece
en el aire y recobra el equilibrio después del gozo.
Tú eres quien sospecha la mudez
del alma y se revela en las piedras que ocultan los secretos.
COLUMPIO DE ORO (2.009)
Cuando tu cuerpo juega en el subibaja
te mueves hacia el cielo
donde alternan los ritos
entre la lluvia y la fecundidad
ésos que renuevan el ascenso
allí en el pórtico del sol
la vida y la muerte se entrecruzan
con ritmo cíclico universal.
Te balanceas en el columpio
presagias la altura
desciendes suspendida en el aire
apenas una cuerda apenas una
cadena de hierro
que sujetas con las manos
impulsada por el viento
empujada hacia el Infierno
te entregas a la Muerte
Renaces en tu creencia vegetal.
ME GUSTA ENCONTRAR PERLAS EN
LA ARENA (2.009)
La piel es un torrente de
escamas redondeadas
capitas gelatinosas cubren
tus pechos de almizcle
Por qué, Rosalind,
no puedes ver
el cielo?
Arranca de tus ojos
la montaña
despoja las cortezas de la
rama
incierta
Cuando luzcas tu vestido
bordado
con rombos
te ofreceré miel para
resguardarte
en mi gruta
Esta noche nos enciende
con melodías
agrestes
y la copa de vino es un
retorno
hacia el esperma del océano.
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