CENIZAS
Fuegos de antaño
se disipan
en
la nada.
Quién oirá ahora
las palabras dichas.
Quién escuchará
las palabras
arrojadas
al mar
del silencio.
Acercaré mi cuerpo a la hoguera de metal.
La renuncia a la existencia
no cederá al deseo.
Permanecerá la piel saciada
de energía seminal.
Las mariposas se posan sobre el pedregullo
cubierto por flores violadas.
Padre,
germina la vida
sin el luto
del dolor.
En la cópula,
el sol cincela secretos
sobre tu rostro de jade.
Las cenizas
ahora
son encajes
reflejados en el cielo.
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