LA PRESENCIA DE
LOS ÁRBOLES EN MIS POEMAS.
Según
algunas consideraciones extraídas del Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier/ Alain
Gheerbrant, el árbol constituye uno de
los temas simbólicos más ricos, cuyas interpretaciones giran alrededor de la idea del Cosmos vivo en
perpetua regeneración.
En
ascensión hacia el cielo, evoca todo el simbolismo de la verticalidad. También
sirve para simbolizar el carácter cíclico de la evolución cósmica: muerte y
resurrección.
El
árbol pone en comunicación los tres
niveles del cosmos: el subterráneo por sus raíces hurgando en las profundidades
donde se hunden; la superficie de la tierra, por su tronco y sus primeras
ramas; las alturas por sus ramas superiores y su cima; atraídas por la luz del cielo. Reptiles se arrastran
entre sus raíces; aves vuelan por su ramaje. Reúne todos los elementos: el agua
circula con su savia, la tierra se
integra a su cuerpo por sus raíces, el aire alimenta sus hojas, el fuego surge
de su frotamiento.
Revisando
mis libros, menciono muchas veces la palabra árbol así como también el nombre
de varias especies. Cipreses,
araucarias, tilos, palos borrachos, paraísos, jacarandaes, castaños, almendro,
ciruelos, durazneros, álamos, nogales, abedules, fresno. Casi siempre es el
árbol de la vida, el árbol sagrado.
Podrán
leer en Poemas de agua y fuego, “Como
un peregrino”, “Interiores”, “Mañanas de domingo”, “De Buenos Aires al sur”, “A
Gonzalo”
En La voz viene de lejos, la figura del
árbol aparece en “Escenario”, “Soliloquio”, “Cordillera”, “A mi padre”, “Paris
abría su cola de pavo real”, ”Yo, Cristina Pizarro.
En el
poemario Lirios prohibidos, se
observa en “Metamorfosis”, “Seré”, “Centauro”, “Pubertad”, “El Cantar”, “Yo,
Sócrates”, “Nirvana”, “Alhambra”
Desde
su título, Jacarandaes en celo, la simbología del árbol atraviesa varios
poemas. “Ménade”, “Vía Láctea”, “Una quimera”, “Desde el faro”, “Ritual de
pájaros”, “La intensidad del instante”, “Labrador”, “Campos carmesíes “,
“Imán”, “Mariposa-mujer”, “Presente eterno”, “El golpe del 76”, “Una hoja caída”.
Confesiones de Gertrudis Glauben
también da cuenta de la presencia del árbol en “Gozos”, “Erizos”, “Bosque de
abedules”, Gertrudis Glauben y el fresno”, “Flores de ciruelo y crisantemos
para Gertrudis”, “Fragmentos”, “Tierra yerma”.
El Diario de Rosalind Schieferstein nos
muestra las alusiones al árbol en “Por-venir”,
“Linaje”.
A
continuación, les transcribo algunos de los textos citados.