BOSQUE DE ABEDULES
Sostenida en la espera de un espacio desolado,
recorrí la tierra quemada,
atravesé un puerto de alhelíes.
En un bosque de abedules
nos
encontramos con los dioses.
Nada más.
Infancia.
Un himno quieto
en la estación de la orfandad.
Palabras de agua se guarecieron en la trinchera.
Noviembre descubrió un camino insurrecto.
Se oía una plegaria
en el pueblo florecido.
Pero la anciana gruñe
sobre los escombros nocturnos.
Sin la sonrisa del primer rostro,
la mujer azul entierra los murmullos
bajo la hierba
enmudecida.
Extraños pájaros
copulan.
Las gotas de rocío se funden en la nada.
La palabra verdadera
se extasía en
nuestra sangre.
Confesiones de
Gertrudis Glauben
(2006)
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