ESFINGE
Como una piedra
mira
las sombras de la ciudad gigante
contempla
en la
sospecha
los umbrales
y las marionetas sin hilos.
Avizora
el fluir
del río
irresistible
en la penuria
buscando
la
serenidad
en la
incertidumbre.
Un enigma
trastorna al caminante
quiere dominarlo
con el azote de un rey
perverso.
Destruye la tierra
con su vanidad.
Arraigada
eleva
su rostro pintado de rojo
vence sagaz
sin
sumirse
en el abismo.
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