QUÉ ME HABRÁN DICHO LAS CAMPANAS AQUEL PRIMERO
DE OCTUBRE
Frente a un espejo
Contemplé la figura de mi cuerpo.
Se agitaron en la ventana las palomas
y hubo en el aire ajeno el coro de voces
cortejando la mañana solar.
Solo sé que fue
con la ilusión de vislumbrar
el esplendor en la plaza de San Marcos
y navegar por el gran libro de las horas.
Fui una madona de Rafael
Escondida detrás de una columna de mármol;
me disfracé de Salomé
y me puse una máscara con la imagen de una
Sibila.
Pero me transmutó
en quimera
tu mirada.
Cuando vuelvas tus ojos
no estaré.
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Muchas gracias por dejar su comentario. A la brevedad lo podrás leer. Cristina.