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....................GENEALOGÍA DE MI ESCRITURA
APOSTILLAS SOBRE NO
SABRÉ EL FINAL DEL TIEMPO[1]
“El Misterio no ha de ser
conocido sin sentido, no tomado como un objeto sino como la atmósfera que
respiramos; no como una lección sino como la vida misma.” Ken Wilber
1.
PRELIMINARES
Con el
propósito de indagar en el origen de una
concepción poética que subyace en la construcción literaria de No sabré el final del tiempo, me oriento a rastrear en un enfoque
genealógico,[2]
fundado en un criterio que prioriza la ‘historización’ en tanto pretende
mostrar las circunstancias y las condiciones reales a partir de las cuales
nacieron los textos y en las que se han ido desarrollando y formando con el
tiempo.
Hay un intento de
cavar hondo, ir hacia las raíces y los cimientos de la identidad, una búsqueda
del origen con la finalidad de desenmascarar, descubrir, desocultar nuestras verdades.
Este deseo y
voluntad de querer saber la verdad se pone de manifiesto en la investigación de
fuentes sapienciales de las culturas milenarias, como el Tao Te King de Lao Tsé, el I Ching, Libro de las mutaciones, el Rig
Veda, la Biblia y de otros maestros que también
bebieron de sus manantiales, como por ejemplo, William Blake y Jorge Luis
Borges.
Con la finalidad
de ordenar la exposición, realizaré un recorrido por los textos poniendo el
acento en el aspecto lingüístico, ya sea en el uso de los pronombres personales que constituyen el universo
dialógico: la interrelación entre el yo, el tú y el otro cuanto en el uso de
las formas dialogadas. Luego, me abocaré a señalar los niveles de conciencia
que persiguen la conquista de los saberes y del conocimiento. En esa gnosis, se
van amalgamando, de manera integral, los planos mítico, onírico, simbólico para perfilar lo metafórico, lo metafísico, y
la trascendencia espiritual.
2.
CARTOGRAFÍA
TEXTUAL
El primer poema
que figura en la Obertura
“Qué me dice tu rostro”, (15) dio a luz como consecuencia del acercamiento a
uno de los textos filosóficos de Emanuel Levinas, El tiempo y el otro, en el año 2009. [3]Comprendí,
fehacientemente, que mi deseo de estar en comunión con el otro constituye el
germen embrionario de mi esencia. A partir de allí, las actitudes centradas en
la observación, la escucha, la contemplación en el plano de la realidad, que se
hallan entretejidos , interconectados con el plano de la fantasía, en el mundo
onírico, el horizonte de los sueños, deseos, visiones, devenires y
revelaciones, que dieron lugar a las partes estructurales del libro.
En este camino de
la música visual, que se asemeja a un columpio literario, con ese ir y venir,
de la tierra hacia el cielo, fui buscando mi lenguaje, mi voz lírica, un estilo
en una conjunción de ritmos, disposiciones gráficas, topológicas que patentizan
el sentido y el silencio de los espacios blancos y luminosos.
En los niveles
profundos, se insinúa la ruptura, la lucha de despojarse de los modelos y
cánones establecidos y ortodoxos. Hay una intensa búsqueda hacia la liberación
del mundo en el ejercicio de mi escritura. (No se trata de testimonios ni de
denuncias contestatarias.)
En la poesía se
libra el combate libertario, en tanto como poeta se emprende un viaje interior
hacia otro mundo superior que oficia a modo de galería de espejos que le
permitirán al lector encontrarse con su propia subjetividad.
Hay una búsqueda
del orden a través del conocimiento de las artes, los sistemas filosóficos, las
concepciones religiosas. Siguiendo a
Ernesto Sábato en su ensayo Heterodoxia, considero
que en ese lanzamiento a la aventura,
van fluctuando desde el refugio, en la torre de marfil y la acción, escenas
vividas, asimismo la contemplación que se materializa en la dimensión
espiritual.
El yo lírico se
erige en una heterodoxia, que lucha en contra de su propia ortodoxia para
soltar los dogmas prefijados. Podemos observar el manejo de las personas
gramaticales en múltiples combinaciones, hacia la galaxia de significantes y
significados.
·
Trama pronominal
En el marco del
espacio vincular, el corpus de los poemas se enuncia en las distintas personas
pronominales.
a.
La
primera persona en el yo lírico que está hablando, asumiendo un rol protagónico
de los hechos e interpretación de los sentimientos, emociones, ideas y
conceptos.
Ejemplos: Qué me dice tu rostro (15), Anunciación (20), Una cruz
en la montaña (23), Madeja (31), Peregrinar (42), Sarcófago de luz (44), La
dificultad inicial (52), Danza ritual (66), Se me cierran los ojos (75).
b.
La
segunda persona a la que se habla, el tú que interviene en la relación
intersubjetiva.
Ejemplos: Virgen del Rosario de Polco (22), Sombra (28), Tu
figura blanca (33), Lo creativo (43),
Alea iacta est (55), El velo (62), Entre dos ciudades (80).
c.
La
tercera persona de la que se habla, que da lugar a la construcción y visión del
mundo.
Ejemplos: Grietas(19), El agua de Polco(21), Qué percibe mi
oreja(32), Galatea(39), Vampiros(40), Trampa mortal(41), El corazón del hombre
es su propio Dios(61), El bastón(63), Cariátides(64), El andariego(65),
Pasajeros del destino (73), Ser libres(82).
d.
En
varios poemas coexisten la primera y la tercera
Ejemplos: El pan y el vino (24), De temporum fine comoedia
(27), Memento mori (45), La vida ardiendo (49).
Cronos y Kairós (50)- Hay una primera plural al principio,
Fiat lux (56), Todo final encierra un nuevo comienzo (70), Lenguaje de los
pájaros, (77) La verdad interior (79), Cazadora (81), Gritos y alabanzas (83).
e.
Las
tres formas pronominales juntas en Espectro (68).
·
Coexistencia de los modos de
expresión.
Además de los descriptivo y
narrativo, se pueden observar formas dialogadas.
Ejemplos: Qué me dice tu rostro (15), Qué se esconde detrás
de las pasiones (30), Sarcófago de luz (44).
·
Presencia de elementos que
construyen la identidad subjetiva del yo lirico.
Asimismo, prosopopeyas a modo de identificaciones y
proyecciones subjetivas en los siguientes elementos y figuras mitológicas.
Como por ejemplo en Galatea (39), ‘vasija sagrada’ (49),
‘dios Kairos’ (50), ‘brizna de hierba’ (52), ‘derviches’ (56),
‘cariátides’(64), ‘ el fuego’,(65) ‘ la virgen sagitaria’ , que alude a Artemisa(81).
3.
NIVELES
DE CONCIENCIA
En la escritura
de estos poemas podemos observar distintos niveles de conciencia que van desde
lo arcaico, mágico, lo mítico, mistérico, lo onírico en los sueños metafísicos,
lo simbólico con un espíritu metafórico e integral.[4]
Lo mágico
Ejemplos: Anunciación (20), De Temporun fine comoedia(27),
Alea iacta est (55), Fiat Lux (56), El corazón del hombre es su propio Dios
(61).
Lo mítico
Ejemplos: El agua de Polco (21), De donde viene la vida
(34), Galatea (39), Cronos y Kairos(50), Cariátides (64), Danza ritual (66),
Entre dos ciudades(80).
Lo onírico
Ejemplos: Tu figura blanca (33), Vampiros (40), Sarcófago de
luz (44), El velo (62).
Lo simbólico
El aspecto simbólico engloba lo plural, la visión holística
e integradora del Ser: cuerpo-mente-espíritu-alma en las distintas esferas del
conocimiento: Lo sensorial/Lo racional/Lo espiritual e intuitivo.
Ejemplos: Sombra (28), Madeja (31), Que percibe mi
oreja(32), Trampa mortal (41), Peregrinar (42), Hexagrama I(43), Memento mori
(45) - espíritu metafísico, La vida ardiendo(49), La dificultad inicial (52),
El bastón(63), Hexagrama 56- El andariego(65), Espectro(68), Todo final
encierra un nuevo comienzo(70), Hexagrama 61- La verdad interior(78).
4.
PALABRAS
FINALES
Surgidos a veces
de los sueños, estos poemas dibujan experiencias y estados de conciencia que a
veces están orientados a contemplar la naturaleza, otras, a permanecer
extasiada o con asombro ante las deidades.
Los sentidos
perciben el entorno, la mente y el ojo de la razón inquieren, anhelan conocer y
comprender. No siempre es posible en ese plano, hasta que se eleva hacia una
perspectiva superior que quiere alcanzar el otro mundo, confirmando que ese
paradigma que se ha descubierto, constituye lo fenoménico que destituye la
dualidad cuerpo-mente para trascender,
en la meditación, e ir más allá de las pruebas epistemológicas.
Las diferentes
vertientes del conocimiento se pliegan en una alianza dialéctica y buscan
enarbolarse en la totalidad del Ser.
5.
BIBLIOGRAFIA
Gómez Carro, Carlos y
Bernal Alanís, Tomás, Revista Tema y
variaciones de la literatura: Los heterodoxos de la literatura hispanoamericana.
N° 34. Enero-Junio 2010. Universidad Autónoma Metropolitana de Mexico.
Moro-Abadía, Oscar, “Aporías genealógicas: Nietzche,
Foucault y los límites del historicismo radical”. Revista Themata. Revista de
Filosofia . N°41, 2009.(paginas 239-254), Universidad de Sevilla. http://www.institucional.us.es/revistas/revistas/themata/htm/presentacion.htm
Sábato, Ernesto, Heterodoxia,
Barcelona: Seix Barral, 1991.
Cristina Pizarro
Buenos Aires, 13-9-14
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[1] Pizarro, Cristina, No sabré
el final del tiempo. Buenos Aires: Ediciones Botella al mar, 2014.
[2][2] Para este concepto de genealogía, tuve en cuanta lecturas
realizadas durante mi formación relacionadas con la postura de Foucault , que
asimismo remite a Nietzche.
[3] Levinas, Emanuel, El tiempo y
el otro. Barcelona: Editorial Paidós, 1993.
[4] Reelaboré este encuadre a partir de ver un video titulado La espiritualidad del futuro, en que
el filósofo estadounidense Ken Wilber expone su postura acerca de la
psicología integral y traspersonal, que se asocia a mi formación
interdisciplinaria en las ciencias humanísticas y sociales, no solo de autores
del mundo occidental ( Jorge Luis Borges, George Gadamer, Karl Popper, Mircea
Eliade, Joseph Campbell )sino también del universo del orientalismo, entre otros (Krishnamurti).
Hermoso Blog querida amiga. me identifico con la espiritualidad del futuro
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