ILUMINACIÓN
A la Madre Teresa de
Calcuta
Dejen
que yo muera
porque
la muerte será un manantial.
Desde
la prisión oscura
Un
ritmo lacerante
atraviesa
el fin de la sangre.
Duele
tanto la materia
hasta
que se transforma
en
éxtasis
Soy
sacerdotisa
llevo
una diadema de oro
y con
el cetro me elevo hasta el sol
Persigo
la hierática fuerza.
Las
heridas despiertan el poder.
Como
la luna
intuyo
el resplandor que me circunda.
Cuando
me interné
sola
por el
sendero
vislumbré
las huellas
transitorias.
Desde
lo hondo de la tierra
se
conmueve el corazón.
En la
exploración
trepida
la vida
Me
aniquiló lo efímero
pero
en el oculto monasterio
se
cobija la esperanza.
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