YO, SOCRATES
Estoy
aquí
porque
beber la cicuta fue un engaño
que
encarceló el enigma de mi sombra.
Porque
en aquella travesía retorné al origen,
separé
las malezas,
encontré una brizna de oro.
Porque
sentí en mi pecho el roce de una pluma irisada
y el
tornasol de la montaña anunció la quietud.
Porque
el canto del aire fue escuchado por la estrella.
Porque
el perfume del almendro hechizó las borrascas.
Porque
el sol incineró mis alas que buscaban el cielo.
Porque
cuando la luna fue un prodigio del silencio
escuché
una serenata de luciérnagas.
Porque
celebro con los ojos la escritura en cada piedra.
Porque
indagué en la duda la búsqueda del ser,
estuve
tan cerca de la muerte
pero
triunfó la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar su comentario. A la brevedad lo podrás leer. Cristina.