ME GUSTA ENCONTRAR PERLAS EN LA ARENA
La piel es un torrente de
escamas redondeadas
capitas gelatinosas cubren
tus pechos de almizcle
Por qué, Rosalind,
no puedes ver
el cielo?
Arranca de tus ojos
la montaña
despoja las cortezas de la rama
incierta
Cuando luzcas tu vestido bordado
con rombos
te ofreceré miel para resguardarte
en mi gruta
Esta noche nos enciende
con melodías
agrestes
y la copa de vino es un retorno
hacia el esperma del océano.
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