lunes, 17 de agosto de 2015

DIÁLOGOS


CONTRATAPA

            Si bien en la larga y fructífera trayectoria poética de Cristina Pizarro, la crítica literaria ha contado para el estudio de su mundo poético con, verbigracia, entrevistas a la poeta, ensayos sobre su poesía, compilación de citas de los trabajos eruditos sobre sus obras, presentaciones de sus poemarios, su blog, etc.; Diálogo/Dialogo con mi obra poética es una fuente esencial en la comprensión, interpretación y explanación de su poesía. Aunque las entrevistas son fuentes de sumo valor para la crítica por lo reveladoras que pueden ser de la afectividad, la historia y la técnica encontradas en un poema dado; nada puede ser más penetrante en el estudio del proceso creador de la poeta que su propia exposición objetiva de su dinámica poética. Mismamente, tal es la importancia vital de Diálogo.

            Cristina Pizarro divide su libro en cinco partes que a su vez contienen la numerosa y variada categoría de elementos, temas, influencias, intertextualidades, obras testimoniales, génesis contextual de los textos, niveles de conciencia, poemas, etc. La poeta, aquí erudita, explica con rigor de investigadora literaria, lucidez narrativa y franqueza poética cada uno de los aspectos forjadores de este libro. De ahí que este acertado auto-estudio constituya un singular instrumento indispensable para todo análisis de la obra poética de Cristina Pizarro. Sentencia la poeta: “La poesía trasunta una honda verdad…”. En Diálogo/Dialogo con mi obra poética nos lleva ella de la mano hacia su verdad.

                                                                           Manuel A. Ossers, Ph.D.
                                                                           University of Wisconsin-
                                                                            Whitewater


Manuel A. Ossers, Ph.D.
Order of Don Quijote
Order of Los Descubridores
Professor
Dept. of Languages and Literatures
University of Wisconsin-Whitewater
800 W. Main St.



INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN
“Todo es un tablero de ajedrez de días y de noches,
 sobre el que juega el Destino con los hombres;
 los adelanta y los retrasa, da jaques, y una y otra,
 devuelve las piezas del cofre”.
Omar Khayham, Rubayyat.

A través de este ensayo persigo el propósito de indagar acerca de los ejes temáticos que subyacen en mi escritura poética a través de los siete poemarios publicados entre 1993 y 2014. Durante estos últimos años inicié esta travesía exploratoria, interactuando con distintos autores cuyos libros nutrieron mi espíritu y me brindaron múltiples saberes interdisciplinarios.
Como punto de partida, dialogando con mi obra, me he preguntado por qué escribo y por qué escribo poesía. Escribo para indagar en la condición humana cuyos misterios pueden ser develados a la luz de la palabra mítica, mediante el lenguaje del símbolo.
La poesía es mi lenguaje recóndito, mi ritmo interior, el sueño expresado con la palabra precisa, el deseo transformado en la posible realidad del devenir. El poema se gesta desde lo íntimo, a veces desde el inconsciente y se revela en la voz que recrea las voces de muchos otros seres que amo y me han enseñado a tener una actitud abierta para comprender los vaivenes del sentido de la vida.
La poesía trasunta una honda verdad desde un lenguaje aparencial y a veces fantástico. La imagen evoca nuestro sentir, nuestro pensar, nuestra cosmovisión, la postura que adoptamos frente al mundo, a nuestra participación en nuestro contexto histórico. La metáfora también podría funcionar como encubridora, ocultadora, como una máscara que protege y ayuda a desocultar y a entretejer lo auténtico de nosotros mismos. El poema es una instancia, ese tiempo fugaz que no podemos apresar. El poema es el Ser, la esencia de la condición humana.
Intentando dar una respuesta, fui descubriendo el embrión que impulsó la tarea escrituraria, puesta de manifiesto por vez primera en los años de mi adolescencia: el sentimiento fantasmático del abandono, del no-amor convertido en foco silencioso de violencia, el desprecio, las humillaciones, el querer ser y el sentirme imposibilitada de ser, en el vil espanto del poder y de los poderosos, que se me aparecían como figuras inalcanzables.
En este recorrido se pueden soslayar el asombro ante el mundo circundante, la observación de la naturaleza, como matriz generadora de toda mi obra, la contemplación del mundo interior, la reflexión acerca de las emociones y sentimientos que nos conducen a la expresión lírica.

I.    CONSAGRACIÓN DE LA  PRIMAVERA

La melodía del Vals Triste[1] es un eco polifónico
en el aura de aquel tiempo.

Recuerdas, Rosalind,
en la danza
                     te entregabas
                                                 a la tierra    hasta el fin.

Después del rapto a los infiernos
celebraste el rito arcano
                                                en la promesa.

Ante la eclosión del círculo
misterioso
                         evocaste a tus antepasados
donde   hubo cortejos de los sabios  
en el juego y el milagro.
Un ritmo disonante se enarboló
                                                           a tu piel
quebrada
                   por el silencio.

Ahora,
               Rosalind Schieferstein,
elevas el cáliz   en la danza sagrada,
mientras  renuevas el ciclo de la naturaleza
hacia la alabanza de Tu nombre ungido.



II. LINAJE
                                       A los árboles y a los pájaros de la tierra riojana

Mi canto es un homenaje de la sangre a aquel herrero
nacido en los llanos   impenetrables
en una tierra   sin mapas ni   ciudades

Los pobladores con los pies descalzos
alabaron a Inti
y ofrendaron
                          a los dioses
el maíz del Inca Viracocha

Allí, Rafael Pizarro, mi tatarabuelo, natural de La Rioja,
hace más de dos siglos,
anduvo por Polco, Olta
                                             y por Tama
junto a los osos del madroño       grabados en el escudo
 allí se unió al barro original
que vio nacer al    Chacho Peñaloza

Aquel fundador de mi linaje
-cuyo apellido llevo
                                      burilado en el espejo
remedó al hornero
escuchó el coro de urracas
contempló al zorzal de enlutado plumaje
percibió la señal del halcón con ojos avizores
caminó entre lanceoladas cañas
               por el sendero serpenteante
                                           rodeado de juncos y nogales

Y en un remanso
donde ocres raíces
                                     surgían de la tierra
celebró con los dioses vegetales
el ritual de las calandrias

Alrededor del fuego
                                        bebieron la aloja fresca
                                                                        añejada en un cántaro
entre valles y cardones
entre la música y el polen
                                          comieron la mazamorra
al  pie de la peña
                                 inclinada hacia el río.



Yo sólo sé que estaré en el sendero que lleva    a la eternidad.

Y allí   mi espíritu se transformará.
Sin culpa.
                 Sin pecado.


III.                     MEMENTO MORI[2]
“Ser inmortal es baladí;
menos el hombre, todas las criaturas lo son,
 pues ignoran la muerte”.

 Jorge Luis Borges
 “El inmortal” en El Aleph

El primer grito es un grito de deseo

A veces la vida se deshilacha
Se rasgan los recuerdos perdidos en el tiempo

Qué fui antes de nacer
Qué seré después de la muerte

Acaso desear vivir en la eternidad del instante
Acaso podría  imaginar mi propia muerte
Acaso representarme “no siendo”

Solo sé que te daré ese día esta antorcha que me alumbra ahora
para que tú sigas siendo

IV.                      TODO FINAL ENCIERRA UN NUEVO COMIENZO[3]

Desde la maraña del destino quiero dejar atrás el tiempo estancado.
Atravieso con cautela el camino de hielo.
Como el zorro, auscultaré el crujido de las aguas y elegiré los puntos más seguros.
Tendré la prudencia necesaria para aguardar las fuerzas que me señalen el sitio correcto.

He frenado las ruedas del carruaje antes de abordar la travesía
Miro alrededor, busco a los ayudantes de mi ventura.
Estoy alerta a los castigos de la tierra diabólica y a los poderes del derrumbe.

En este noviembre de jacarandaes milagrosos,
brilla la luz.
Ha llegado el tiempo nuevo.
Después de la lluvia
el sol alumbra con redoblada belleza.
Después del incendio,
el bosque resurge de las cenizas con creciente frescor.

Un destello resplandece en este tiempo nuevo.
La miseria del tiempo ya pasó.

Todo final encierra un nuevo comienzo.

V.  HEXAGRAMA 61. CHING FU/ LA VERDAD INTERIOR

En aquel lago transparente vi partículas invisibles perturbadas por el viento.
Sobre la tierra húmeda
las huellas indecibles de las aves trazaban nuestro oráculo
Hallé un nido con huevos tornasolados.
En esos puntos, manchas, pude desentrañar el camino,
Entonces, emprendí la travesía de las aguas grandes.

A lo lejos, una grulla clamaba en la sombra.
El pichón oía  su llamada desde lo más oculto.
Percibí su voz inigualable.
En su danza, las plumas blancas se abrieron al amor eterno,
a lo inmortal.

En la inflexión de cada grito,
descubrí la verdad interior.

VI.                      TU FIGURA BLANCA

Apareces en mis sueños,
Madre mía,
con tu figura blanca
incorpórea.

Guardas la luz y las semillas en tu caja de cristal.
Desde allí,
se asoma un reflejo verde que se esparce por la hierba.

La mirada queda detenida ante el dolor.           
Desaparece el miedo de nuestro orden íntimo.

Entonces me alejo
camino por un jardín de amapolas
veo al  fauno iluminado por los caprichos del viento
y el rojo púrpura  de sus labios se agita.
El amor va fluctuando en las pasiones.

Lo efímero  será  desde  ahora 
el tiempo de la eternidad.




ÍNDICE

Introducción
Primera parte: Mundo sensorial
1.       El espacio en mi escritura poética
2.       El mundo vegetal
3.       La alusión de piedras, perlas y corales
4.       La presencia de los árboles
5.       Elementos del reino animal
Segunda parte: Mundo íntimo
1.       El tema del silencio
2.       El tema de la esperanza
3.       El tema de la sangre
4.       El tema de la escucha
5.       El tema del dolor y del sufrimiento
6.       La presencia de la muerte
7.       La presencia de la palabra “Dios” en mi escritura
Tercera parte: Influjos e intertextualidades
1.       El I Ching en mi poesía
2.       Personajes de la mitología y alusiones a lo oracular
3.       La pintura, la música, la danza y la arquitectura en mi poesía
4.       Otros temas
Cuarta parte: Libros testimoniales
1.       La paz y los personajes de mis libros
2.       Genealogía de mi escritura. Apostillas sobre No sabré el final del tiempo
1)      Preliminares
2)      Cartografía textual
3)      Niveles de conciencia
4)      Palabras finales
Quinta parte: Textografías
Obras citadas






[1] Vals Triste de Jean Sibelius.
[2] Recuerda que morirás
[3] Hexagrama 64. Wei Chi / Antes de la Consumación