lunes, 4 de noviembre de 2013

PERSONAJES DE LA MITOLOGÍA EN MI ESCRITURA



PERSONAJES DE LA MITOLOGÍA EN MI ESCRITURA  Y ALUSIONES A LO ORACULAR

En este camino indagatorio hacia mi propia escritura, a modo de Diálogo/ Dialogo con mi obra, voy señalando las referencias al mundo de la mitología que ponen de manifiesto mis intereses por ahondar en el mito y su lenguaje simbólico.
Desde los comienzos, aparecen las alusiones mitológicas que subyacen a través de lo plasmado en los siguientes textos.
Podrán leer  en los seis poemarios publicados en estas dos décadas y rastrear diferentes enfoques sobre el tema. Asimismo, se registra la presencia del mito también en poemas inéditos a la fecha.

1.      POEMAS DE AGUA Y FUEGO (1993)
Ceres y Juno, “Solo ella es real en la vorágine”, 10

2.       LA VOZ VIENE DE LEJOS ( 1995)
La vestal “Identidad”, 20
Sibila, “Qué me habrán dicho las campanas aquel 1° de octubre”, 36
Revelación  de la amatista “Júbilo”,43
Augur, pitonisa, “Destino”, 45
Teseo, “Hechizo”, 52

3.      LIRIOS PROHIBIDOS (1998)
Centauro, 13
Erinias, “Hipnosis”, 37

4.       JACARANDAES EN CELO( 2003)
Gárgolas, “La promesa”, 63

5.       CONFESIONES DE GERTRUDIS GLAUBEN (2006)
Canto del Grial, “Gertrudis Glauben y el silencio”, 52
Esfinge, 68/69

6.       DIARIO DE ROSALIND SCHIEFERSTEIN (2009)


Perséfone, “Palabras a mi madre”, 28
Zeus y Hera en el Olimpo, “Dos cuerpos”, 49-50
Jano, “Diagonal”, 58
Osiris, Thot, Isis, “Para Osiris Brombeerstranch”, 65
Heracles, “Por-venir”, 66-67
Démeter, “Carro volador”, 73
Jancana, “Alguien tironeó de tus trenzas”, 79
Isis, “Resurrección”, 84
Moiras, “Hechicera”, 86

Les  dejo algunos poemas entre los citados anteriormente.
Ojalá les despierte nuevas inquietudes.

Cristina

RESURRECCIÓN



RESURRECCIÓN

Estoy en el sarcófago de Ramsés III
Soy Isis, la Diosa del hogar
Resucité tu cuerpo descuartizado 
.......................con mis gotas de sangre.

Fui tejiendo días de misterio
con la rueca del dolor
Hubo días guerreros
y de miedo
                   tras el tiempo irreparable.

Mientras te miro,
el jade rojo  seduce  tu rostro.




QUÉ ME HABRÁN DICHO LAS CAMPANAS AQUEL PRIMERO DE OCTUBRE





QUÉ ME HABRÁN DICHO LAS CAMPANAS AQUEL PRIMERO DE OCTUBRE

Frente a un espejo
Contemplé la figura de mi cuerpo.
Se agitaron en la ventana las palomas
y hubo en el aire ajeno el coro de voces
cortejando la mañana solar.

Solo sé que fue
              con la ilusión de vislumbrar   
el esplendor en la plaza de San Marcos
y navegar por el gran libro de las horas.

Fui una madona de Rafael
Escondida detrás de una columna de mármol;
me disfracé de Salomé
y me puse una máscara con la imagen de una Sibila.

Pero me transmutó
en quimera
tu mirada.

Cuando vuelvas tus ojos

no estaré.


POR-VENIR




POR-VENIR

1.

El álamo solitario permanece firme
con serenidad imperturbable
renuncia al mundo

Está apoyado sobre una capa de brotes de juncos
nada podrá romperse

Engendra un retoño raigal
y así evita el quebranto.


2.

Cuando desciendas al infierno como Heracles
te coronaré con ramas de álamo
sus hojas blancas se unirán a tu alma
y  el reverso-ese lado oscuro-sombrío se convertirá en humo

Allí lucharás contra el mal
Lágrimas de dolor mojarán-empaparán tu cuerpo herido por el sacrificio
Las estampas del tiempo,
que cartografiaron tus recuerdos,
quedarán diluidas.

Regresarás del averno  con una corona de ramas de álamo
seguirás asombrado por las hojas plateadas
que se mecían en el aire

mientras oías los acordes cromáticos de una sinfonía de Mahler.



PARA OSIRIS BROMBEERSTRANCH



PARA OSIRIS BROMBEERSTRANCH


Enzarzado entre ligaduras y nudos
vencerás el olvido
cuando eleves tu vuelo celestial
hacia la eternidad.

Como la semilla
morirás para renacer en forma de espiga.

Tu piel vegetal sentirá la humedad de la tierra
tu deseo vibrará aún en el desierto.

Yo, Rosalind Schiefferstein,
                                                   como Isis
te ayudaré a recomponer tu cuerpo descuartizado
por la envidia

El Dios Thot nos dará las armas

Nosotros mismos vengaremos el mal.


LA PROMESA



LA PROMESA

I

El cordero viaja
silente.

Su sangre
             se recluyó
entre las gárgolas.


II

En la intemperie
la cesta
deshabitó sus frutos.

Ahora son espías en la noche

amando hasta el fin.


HIPNOSIS



HIPNOSIS

Me sumerjo en el imperio de la noche
desde aquel palacio rodeado de un séquito de dioses
que hieren con sarcasmo
mientras recogemos lirios prohibidos.

Mi cuerpo
a veces deshabitado del presente
comienza a ensoñar
recorriendo los laberintos del sexo.

Después de descender a los Infiernos
y al ver a las Erinias
nos entregamos al goce
y recuperando lo esencial
convertimos la vida en una fiesta.

Ningún gemido podrá turbar la tierra aletargada.

Mis senos guardan el misterio del origen
porque el vuelo fue más allá de los sentidos
cuando las semillas de sangre esparcieron
corales en la arena.

En el despertar de tu voz
el sueño viaja
contemplando la ventura.

Mi fuego vital se une al dios
del éxtasis.

Me pondré un vestido de espigas
para renacer a la noche del sepulcro.
El rocío bendecirá la tierra

transmutada en esperanza.


HECHICERA



HECHICERA


“Madre, me enseñaste a tejer con las agujas de metal, pronunciando las palabras de bendición que nos inician en el camino de la vida, como la partera cuando corta el cordón umbilical del recién nacido”. C.P.

Mientras tejes y tejes el tapiz
tú adivinas los secretos

Hay una historia en la urdimbre
tramada  entre las rayas y círculos
que cuentan  los amores de la vida

Tejes y tejes creando nuevas formas

como las Moiras que atan el destino


DIAGONAL


DIAGONAL

 Una línea oblicua atraviesa mi cuerpo inestable
se esfuma entre la bruma
gira hacia el cielo.

Las hojas desdichadas se mueven en rotación constante
mis ojos persiguen el aire
vertiginoso.

Veo aparecer una imagen.
En el lago se reflejan las dos caras de Jano.

Un remolino merodea en la tierra imprecisa
donde la llave de diamante resplandece.

En un instante acaricio esa luz.


DOS CUERPOS



DOS CUERPOS

En una vitrina veo dos cuerpos idénticos
                                                                 enfrentados
que yacen en el ataúd con marcos
de ébano.
Lucen vestidos de encaje blanco
 con chales de seda azul, verde, turquesa
la cabeza cubierta
el manto caído
                         oculta las mejillas de marfil y porcelana


Y tú viajas
                  en una nave espacial.

No puedes gobernar el timón
quieres ascender y te detienes.

Corres, corres, corres
Te deslizas,
                   te sujetas de los barrotes,
acaricias la madera suave
Pisas los peldaños de mármol
te impulsas por el barranco
capturando el destino en el goce eterno y supremo


Y ahora
giras el rostro luminoso
miras con los ojos de asombro
en el instante
                    en que el fulgor de las estrellitas
                                                                       estallan
en el espacio cotidiano.

Vuelves a ver la luz
en el eco de la transformación.

Hay un aire suspendido en los rostros duplicados
por esos cuerpos quietos
                                         debajo de los paños agobiantes

Al fin el torso en grietas
                                       está  desnudo.
El tejido de tus ropas 
ha caído
y desoculta el pecho
                                 aprisionado

Él te ve,
             escuchas voces añoradas
te vas acercando con tu lento andar
trepando las columnas salomónicas.
Y en los frisos de estelas funerarias
se dibujan las figuras de Zeus y Hera
en el Olimpo y en el Jardín de las Hespérides


EL CARRO VOLADOR



EL CARRO VOLADOR


Al compás del trajín de la mañana Rosalind emprende su viaje en el carro volador

dos ruedas en el aire
el rostro hacia cielo
las manos al infinito.

En tu sueño recorres el mundo
conduces el carro de ébano y marfil ornado con placas de bronce y tejidos de oro.

Los dragones atraviesan el aire impregnado de narcisos
(pétalos blancos, corola amarilla con forma de campana).

Rosalind, en este viaje te contagias del espíritu de Démeter.

En este día
irradian los brotes sobre el campo.





[1] Marc Chagall,Flying Carriage,1913.Guggengeim Museum.New York.

ESFINGE



ESFINGE


Como una piedra
mira
las sombras de la ciudad gigante
contempla
                 en la sospecha
los umbrales
y las marionetas sin hilos.



Avizora
             el fluir del río
                                  irresistible
                                                  en la penuria
buscando
               la serenidad
                                  en la incertidumbre.

Un enigma
trastorna al caminante
quiere dominarlo
                           con el azote de un rey
                                                              perverso.
Destruye la tierra
                            con su vanidad.


Arraigada
                eleva
                         su rostro pintado de rojo
vence sagaz
                   sin sumirse

                                     en el abismo.