lunes, 5 de diciembre de 2011

REPORTAJES




REPORTAJE POR MARIA GONZALEZ ROUCO

  1. ¿Qué motivaciones tenés al escribir poesía? ¿Desde cuándo escribís?

Los primeros intentos de querer poner algo en verso, los hice jugando con una máquina de escribir alrededor de los once años. Inspirada por los textos de Rubén Darío y coincidente con el momento de la pubertad, comienzan los sueños de amor de una niña adolescente que quiere un mundo azul.
La escritura en soledad, las confesiones a modo de diario en donde siempre utilizaba un lenguaje traslaticio, tal vez para ocultar ese profundo deseo de ser, quizás por el temor a enfrentarme con los demás.
Poemas de agua y fuego tardó mucho en dar a luz. Está integrado por textos escritos entre 1986 y 1992.
La voz viene de lejos  surgió inmediatamente a la edición del anterior (agosto de 1993) y el último poema que cierra el libro es de mayo de 1995.

  1. ¿Qué relación tiene con tu carrera de Letras?

Evidentemente la formación académica constituye el sus­trato en el manejo del lenguaje y la penetración en el oficio de escribir. Las lecturas, el estudio, la crítica literaria fueron consolidando los cimientos de mi primigenia vocación que tuvo un despertar público en forma muy lenta y paulatina.
La admiración y el respeto por los autores consagrados me inhibieron, al principio. Ahora siento que tengo el compromiso de entregar lo mejor de mí, aunque no sea a partir de una óptima realización. Aún hoy me provoca un profundo estremeci­miento ver el retrato de Leopoldo Lugones. Amé a los modernis­tas por su pasión desenfrenada manifiesta en la labor de orfebre con la palabra.

  1. ¿Qué influencias reconoces?

Mis textos nacen en confluencias multifacéticas de una vida intensa abierta a lo plural, a diferentes dimensiones y perspectivas de abordar la búsqueda inherente a la condición humana.
Los diversos lenguajes, ya sea la música, la plástica, la danza, el teatro, se atraviesan en mis experiencias literarias desde el lugar sagrado que representa el hecho estético.
El discurrir reflexivo en el pensamiento filosófico y el abordaje de lo axiológico desde mi puesto en la educación están muy cerca y unidos. Soy como el mar que recibe de los ríos muchísimos afluentes.
Podría citar autores que me han emocionado estéticamente, aunque no sé aún de qué manera han influido. Supongo que a partir de la lectura de los otros, empezaré a darme cuenta e intentaré reflexionar sobre mi propia escritura.
           
  1. ¿Qué temas son tus predilectos y si sabés por qué?

Los temas que subyacen están ligados a los misterios de la sangre, del instinto, al lenguaje de la soledad, de la magia que encierran los signos de nuestro cuerpo, en los símbolos de nuestros deseos y de nuestro tiempo secreto.
Los temas están inmersos en una escritura plasmada en un ceremonial literario engarzado por un conjunto de ritos, de imágenes que se desdoblan desde el ritmo interior de mí misma.
Es posible que esto se relacione con mis consideraciones acerca de la poesía centrada en el espacio de la palabra profética y del don demiúrgico.

  1. ¿Qué propósito perseguís?

Hacer oír mi canto.
Convertir la obra en libro como un testimonio concreto y un recuerdo trascendente del movimiento desde donde la génesis de una obra proviene; así como también el propósito de perpe­tuarlo eternamente en un prolongado éxtasis de amor y libera­ción.

    
 Publicado en el suplemento Cultura  de El Tiempo de Azul, Buenos Aires. 




REPORTAJE A CRISTINA PIZARRO POR WINSTON ORRILLO

  1.  ¿Cuándo y cómo empezaste con esto de la poesía?

Los primeros intentos de querer poner algo en verso, los hice jugando con una máquina de escribir alrededor de los once años. Inspirada por los textos de Rubén Darío y coincidente con el momento de la pubertad, comienzan los sueños de amor de una niña adolescente que quiere un mundo azul.
La escritura en soledad, las confesiones a modo de diario en donde siempre utilizaba un lenguaje traslaticio, tal vez para ocultar ese profundo deseo de ser, quizás por el temor a enfrentarme con los demás.
Poemas de agua y fuego tardó mucho en dar a luz. Está integrado por textos escritos entre 1986 y 1992.
La voz viene de lejos  surgió inmediatamente a la edición del anterior(agosto de 1993) y el último poema que cierra el libro es de mayo de 1995.
 Lirios prohibidos se va gestando  a partir de secuelas del anterior que me señalaron un camino diferente para seguir hurgando en la búsqueda del ser, relacionados con aportes de otras culturas y mi contacto con el mundo asiático, anticipatorio de mi viaje a la India, el cual tuvo lugar  unos cuantos meses  después de la publicación del poemario.
Evidentemente la formación académica constituye el sus­trato en el manejo del lenguaje y la penetración en el oficio de escribir. Las lecturas, el estudio, la crítica literaria fueron consolidando los cimientos de mi primigenia vocación que tuvo un despertar público en forma muy lenta y paulatina.
La admiración y el respeto por los autores consagrados me inhibieron , al principio. Ahora siento que tengo el compromiso de entregar lo mejor de mí, aunque no sea a partir de una óptima realización. Aún hoy me provoca un profundo estremeci­miento ver el retrato de Leopoldo Lugones. Amé a los modernis­tas por su pasión desenfrenada manifiesta en la labor de orfebre con la palabra.
El origen de mi escritura aparece fusionado al sueño. Son los sueños que se abren al mundo a través de la palabra en una simbiosis de realidad y fantasía. Son los sueños de mis propias obsesiones, de aquellos recuerdos y deseos que martillean, sin cesar ,en la mente, el alma y el cuerpo.
Cuando escribo poesía siento que estoy plasmada en un estado especial que se va conjugando en distintos momentos. El acto de escritura se inicia antes de la concreción del texto;­ tiene un tiempo preliminar instalado en el contacto precedente a la vivencia corporal, cenestésica, la que está ubicada a priori de la palabra en una alianza íntima y subyugante que deviene del misterio y de la fe.
Los paisajes, los rostros y las voces se amalgaman en una trama intertextual ligados a mi propio existir.
Mis textos nacen en confluencias multifacéticas de una vida intensa abierta a lo plural, a diferentes dimensiones y perspectivas de abordar la búsqueda inherente a la condición humana.
Los diversos lenguajes, ya sea la música, la plástica, la danza, el teatro, se atraviesan en mis experiencias literarias desde el lugar sagrado que representa el hecho estético.
El discurrir reflexivo en el pensamiento filosófico y el abordaje de lo axiológico desde mi puesto en la educación están muy cerca y unidos. Soy como el mar que recibe de los ríos muchísimos afluentes.
Podría citar autores que me han emocionado estéticamente, aunque no sé aún de qué manera han influido. Supongo que a partir de la lectura de los otros, empezaré a darme cuenta e intentaré reflexionar sobre mi propia escritura.
Los temas que subyacen están ligados a los misterios de la sangre, del instinto, al lenguaje de la soledad, de la magia que encierran los signos de nuestro cuerpo, en los símbolos de nuestros deseos y de nuestro tiempo secreto.
Los temas están inmersos en una escritura plasmada en un ceremonial literario engarzado por un conjunto de ritos, de imágenes que se desdoblan desde el ritmo interior de mí misma.
Es posible que esto se relacione con mis consideraciones acerca de la poesía centrada en el espacio de la palabra profética y del don demiúrgico.
Hacer oír mi canto.
Convertir la obra en libro como un testimonio concreto y un recuerdo trascendente del movimiento desde donde la génesis de una obra proviene; así como también el propósito de perpe­tuar la obra, eternamente, en un prolongado éxtasis de amor y libera­ción.


  1.  ¿Qué libro tuyo te satisface más?
Creo que todavía ninguno. Vivo la poesía como una necesidad de consuelo, de milagro que surge de la emoción pura y busca alcanzar una belleza inexplicable.
Mi poesía es imaginativa, persigue dominar la estética y lógica del lenguaje. Surge de una exploración honda en mi propio paisaje oculto, que a veces tambalea en el borde y pierde el equilibrio. Esta aventura de adentrarse es un designio de poder atravesar lo tenebroso aún con el temor a la condenación.

  1.  ¿Cómo compartes el limitado tiempo que deja la vida laboral para el ejercicio de la poesía?
La tarea poética está ligada a la totalidad de mi vida. Descubrir otros territorios, responder al llamado o  los gritos del otro, encontrar la esencia de las cosas, iluminar el mundo con la palabra exacta son instancias que están en constante conexión.
En cantidad de líneas, escribo poco, se inscriben marcas en mi cuerpo que dan lugar a la gestación de breves poemas que dan a luz con escasa frecuencia.

4. ¿Qué libros preparas ahora?
Acaba de salir una plaquette titulada Girasoles de Babel.
No estoy preparando un libro de poemas. Tengo en suspenso la concreción de un libro de aspectos teóricos  y de reflexión sobre la práctica docente para la Enseñanza de la Literatura Infantil, que es la especialidad de mi cátedra.


 -Lima - Perú-

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