martes, 10 de marzo de 2015

GENEALOGÍA DE MI ESCRITURA

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....................GENEALOGÍA DE MI ESCRITURA
APOSTILLAS SOBRE NO SABRÉ EL FINAL DEL TIEMPO[1]

“El Misterio no ha de ser conocido sin sentido, no tomado como un objeto sino como la atmósfera que respiramos; no como una lección sino como la vida misma.” Ken Wilber

1.      PRELIMINARES
     Con el propósito  de indagar en el origen de una concepción poética que subyace en la construcción  literaria de No sabré el final del tiempo, me oriento a rastrear en un enfoque genealógico,[2] fundado en un criterio que prioriza la ‘historización’ en tanto pretende mostrar las circunstancias y las condiciones reales a partir de las cuales nacieron los textos y en las que se han ido desarrollando y formando con el tiempo.
     Hay un intento de cavar hondo, ir hacia las raíces y los cimientos de la identidad, una búsqueda del origen con la finalidad de desenmascarar, descubrir, desocultar  nuestras verdades.
     Este deseo y voluntad de querer saber la verdad se pone de manifiesto en la investigación de fuentes sapienciales de las culturas milenarias, como el Tao Te King  de Lao Tsé, el I Ching, Libro de las mutaciones, el Rig Veda, la Biblia y de otros maestros que también bebieron de sus manantiales, como por ejemplo, William Blake y Jorge Luis Borges.
    Con la finalidad de ordenar la exposición, realizaré un recorrido por los textos poniendo el acento en el aspecto lingüístico, ya sea en el uso de los pronombres  personales que constituyen el universo dialógico: la interrelación entre el yo, el tú y el otro cuanto en el uso de las formas dialogadas. Luego, me abocaré a señalar los niveles de conciencia que persiguen la conquista de los saberes y del conocimiento. En esa gnosis, se van amalgamando, de manera integral, los planos mítico, onírico, simbólico  para perfilar lo metafórico, lo metafísico, y la trascendencia espiritual.

2.      CARTOGRAFÍA TEXTUAL
     El primer poema que figura en la Obertura “Qué me dice tu rostro”, (15) dio a luz como consecuencia del acercamiento a uno de los textos filosóficos de Emanuel Levinas, El tiempo y el otro, en el año 2009. [3]Comprendí, fehacientemente, que mi deseo de estar en comunión con el otro constituye el germen embrionario de mi esencia. A partir de allí, las actitudes centradas en la observación, la escucha, la contemplación en el plano de la realidad, que se hallan entretejidos , interconectados con el plano de la fantasía, en el mundo onírico, el horizonte de los sueños, deseos, visiones, devenires y revelaciones, que dieron lugar a las partes estructurales del libro.
     En este camino de la música visual, que se asemeja a un columpio literario, con ese ir y venir, de la tierra hacia el cielo, fui buscando mi lenguaje, mi voz lírica, un estilo en una conjunción de ritmos, disposiciones gráficas, topológicas que patentizan el sentido y el silencio de los espacios blancos y luminosos.
     En los niveles profundos, se insinúa la ruptura, la lucha de despojarse de los modelos y cánones establecidos y ortodoxos. Hay una intensa búsqueda hacia la liberación del mundo en el ejercicio de mi escritura. (No se trata de testimonios ni de denuncias contestatarias.)
     En la poesía se libra el combate libertario, en tanto como poeta se emprende un viaje interior hacia otro mundo superior que oficia a modo de galería de espejos que le permitirán al lector encontrarse con su propia subjetividad.
     Hay una búsqueda del orden a través del conocimiento de las artes, los sistemas filosóficos, las concepciones religiosas.  Siguiendo a Ernesto Sábato en su ensayo Heterodoxia, considero que en ese lanzamiento a la aventura, van fluctuando desde el refugio, en la torre de marfil y la acción, escenas vividas, asimismo la contemplación que se materializa en la dimensión espiritual.
     El yo lírico se erige en una heterodoxia, que lucha en contra de su propia ortodoxia para soltar los dogmas prefijados. Podemos observar el manejo de las personas gramaticales en múltiples combinaciones, hacia la galaxia de significantes y significados.
·         Trama pronominal
     En el marco del espacio vincular, el corpus de los poemas se enuncia en las distintas personas pronominales.
a.       La primera persona en el yo lírico que está hablando, asumiendo un rol protagónico de los hechos e interpretación de los sentimientos, emociones, ideas y conceptos.
Ejemplos: Qué me dice tu rostro (15), Anunciación (20), Una cruz en la montaña (23), Madeja (31), Peregrinar (42), Sarcófago de luz (44), La dificultad inicial (52), Danza ritual (66), Se me cierran los ojos (75).
b.       La segunda persona a la que se habla, el tú que interviene en la relación intersubjetiva.
Ejemplos: Virgen del Rosario de Polco (22), Sombra (28), Tu figura blanca (33),  Lo creativo (43), Alea iacta est (55), El velo (62), Entre dos ciudades (80).
c.       La tercera persona de la que se habla, que da lugar a la construcción y visión del mundo.
Ejemplos: Grietas(19), El agua de Polco(21), Qué percibe mi oreja(32), Galatea(39), Vampiros(40), Trampa mortal(41), El corazón del hombre es su propio Dios(61), El bastón(63), Cariátides(64), El andariego(65), Pasajeros del destino (73), Ser libres(82).
d.       En varios poemas coexisten la primera y la tercera
Ejemplos: El pan y el vino (24), De temporum fine comoedia (27), Memento mori (45), La vida ardiendo (49).
Cronos y Kairós (50)- Hay una primera plural al principio, Fiat lux (56), Todo final encierra un nuevo comienzo (70), Lenguaje de los pájaros, (77) La verdad interior (79), Cazadora (81), Gritos y alabanzas (83).
e.       Las tres formas pronominales juntas en Espectro (68).
·         Coexistencia de los modos de expresión.
Además de los descriptivo y narrativo, se pueden observar formas dialogadas.
Ejemplos: Qué me dice tu rostro (15), Qué se esconde detrás de las pasiones (30), Sarcófago de luz (44).
·         Presencia de elementos que construyen la identidad subjetiva del yo lirico.
Asimismo, prosopopeyas a modo de identificaciones y proyecciones subjetivas en los siguientes elementos y figuras mitológicas.
Como por ejemplo en Galatea (39), ‘vasija sagrada’ (49), ‘dios Kairos’ (50), ‘brizna de hierba’ (52), ‘derviches’ (56), ‘cariátides’(64), ‘ el fuego’,(65) ‘ la virgen sagitaria’ , que alude a Artemisa(81).

3.      NIVELES DE CONCIENCIA
     En la escritura de estos poemas podemos observar distintos niveles de conciencia que van desde lo arcaico, mágico, lo mítico, mistérico, lo onírico en los sueños metafísicos, lo simbólico con un espíritu metafórico e integral.[4]
Lo mágico
Ejemplos: Anunciación (20), De Temporun fine comoedia(27), Alea iacta est (55), Fiat Lux (56), El corazón del hombre es su propio Dios (61).
Lo mítico
Ejemplos: El agua de Polco (21), De donde viene la vida (34), Galatea (39), Cronos y Kairos(50), Cariátides (64), Danza ritual (66), Entre dos ciudades(80).
Lo onírico
Ejemplos: Tu figura blanca (33), Vampiros (40), Sarcófago de luz (44), El velo (62).
Lo simbólico
El aspecto simbólico engloba lo plural, la visión holística e integradora del Ser: cuerpo-mente-espíritu-alma en las distintas esferas del conocimiento: Lo sensorial/Lo racional/Lo espiritual e intuitivo.
Ejemplos: Sombra (28), Madeja (31), Que percibe mi oreja(32), Trampa mortal (41), Peregrinar (42), Hexagrama I(43), Memento mori (45) - espíritu metafísico, La vida ardiendo(49), La dificultad inicial (52), El bastón(63), Hexagrama 56- El andariego(65), Espectro(68), Todo final encierra un nuevo comienzo(70), Hexagrama 61- La verdad interior(78).

4.      PALABRAS FINALES
     Surgidos a veces de los sueños, estos poemas dibujan experiencias y estados de conciencia que a veces están orientados a contemplar la naturaleza, otras, a permanecer extasiada o con asombro ante las deidades.
     Los sentidos perciben el entorno, la mente y el ojo de la razón inquieren, anhelan conocer y comprender. No siempre es posible en ese plano, hasta que se eleva hacia una perspectiva superior que quiere alcanzar el otro mundo, confirmando que ese paradigma que se ha descubierto, constituye lo fenoménico que destituye la dualidad cuerpo-mente  para trascender, en la meditación, e ir más allá de las pruebas epistemológicas.
     Las diferentes vertientes del conocimiento se pliegan en una alianza dialéctica y buscan enarbolarse en la totalidad del Ser.

5.      BIBLIOGRAFIA
Gómez  Carro, Carlos y Bernal Alanís, Tomás, Revista Tema y variaciones de la literatura: Los heterodoxos de la literatura hispanoamericana. N° 34. Enero-Junio 2010. Universidad Autónoma Metropolitana de Mexico.
Moro-Abadía, Oscar, “Aporías genealógicas: Nietzche, Foucault y los límites del historicismo radical”. Revista Themata. Revista de Filosofia . N°41, 2009.(paginas 239-254), Universidad de Sevilla. http://www.institucional.us.es/revistas/revistas/themata/htm/presentacion.htm
Sábato, Ernesto, Heterodoxia, Barcelona: Seix Barral, 1991.

Cristina Pizarro
Buenos Aires, 13-9-14
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[1] Pizarro, Cristina, No sabré el final del tiempo. Buenos Aires: Ediciones Botella al mar, 2014.
[2][2] Para este concepto de genealogía, tuve en cuanta lecturas realizadas durante mi formación relacionadas con la postura de Foucault , que asimismo remite a Nietzche.
[3] Levinas, Emanuel, El tiempo y el otro. Barcelona: Editorial Paidós, 1993.
[4] Reelaboré este encuadre a partir de ver un video titulado La espiritualidad del futuro, en que el  filósofo estadounidense  Ken Wilber expone su postura acerca de la psicología integral y traspersonal, que se asocia a mi formación interdisciplinaria en las ciencias humanísticas y sociales, no solo de autores del mundo occidental ( Jorge Luis Borges, George Gadamer, Karl Popper, Mircea Eliade, Joseph Campbell )sino también del universo  del orientalismo, entre otros (Krishnamurti).

1 comentario:

Muchas gracias por dejar su comentario. A la brevedad lo podrás leer. Cristina.